La realidad divina es algo que permanentemente se encuentra presente en la humanidad, algunos la sienten para negarla, otras se admiran ante ella y consideran que está muy lejos de ellos,… otros la viven íntimamente presente en lo más profundo de su ser y palpan su presencia y su amor; también los hay que deforman la imagen divina y la configuran a su gusto y según sus necesidades.
Suele ocurrir que muchos, tanto de unos grupos como de otros, hablan sobre la divinidad. Siempre hay que tener presente que no es lo mismo hablar de Dios que hablar con Dios. La cuestión fundamental, pues, es tener conciencia de qué actitud tengo yo, personalmente, ante este asunto. ¿Me lo planteo como un acto de fetichismo y superstición? ¿Lo vivo con miedo? ¿Lo relativizo? ¿Soy capaz de sentir a Dios en mi vida y considerarla de acuerdo con Él?.