La vida de la pareja sólo puede estar basada en el amor y edificarse a partir de él si la consideramos un elemento edificante y positivo para sus componentes. Así pues, los frutos de una pareja (y de una familia) son muchos y muy variados, abarcando los de la relación entre ellos y la que se produce de cada miembro, y entre todos, con el resto de la sociedad, y lo que le aportan a ella. Son frutos del amor. Sin embargo, no hay ninguna duda de que los frutos más importantes son los hijos.