Con la bendición del fuego y la entrada del Cirio al templo, a las 22:00 h de este sábado 15 de abril, la comunidad mercedaria celebró la tan esperada Vigilia Pascual.
El Padre Vicente Zamora pronunció el Pregón Pascual y continuó la Liturgia de la Palabra, con lecturas del antiguo y nuevo testamento, seguidos del Santo Evangelio que narró la resurrección de Jesús.
A continuación la homilía, de la que recordaremos los siguientes apartes:
“Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?”. Esto es lo que nos reúne hoy. Hermanos nos ha tocado La Lotería. Cristo ha resucitado y así nos ha garantizado la vida eterna.
En esta noche, hermanos y amigos todos, estrenamos una nueva etapa, una nueva vida: la vida de Cristo que, por cierto, es también nuestra. El Viernes estábamos clavando en la Cruz nuestra historia de pecado, aceptada por Cristo por amor, a éste mismo nuestro Padre Dios lo resucitó.
Esta noche se nos anuncia: «Alegraos mamás y papás que dais la vida por vuestros hijos porque la última palabra es la vida y no la muerte. Alegraos papás y mamás cuando tenéis un hijo que os está quitando la vida por el alcohol, las drogas y por tantas cosas por las que derramáis lágrimas. Sabed que así como Dios resucitó a su Hijo también os va a resucitar a vosotros y os va a dar la vida.
Esta Pascua nos recuerda Dios que también estamos llamados a una resurrección gloriosa como la de Cristo.
Por eso cuando él les dice a las mujeres y a los discípulos «Vayan a Galilea para que recorran el camino y prediquen» no lo hacen solos, sino con Cristo resucitado. ¡Y con qué entusiasmo anuncian la Palabra de Dios y con qué valentía los discípulos que habían sido traidores y cobardes salieron a la calle a llevar el mensaje de que Cristo había resucitado!
Os invito en esta noche a que no tengamos miedo, a que como Cristo recorramos nuestro camino, a que vayamos a anunciar al mundo entero que nuestra vida sí tiene sentido, que los valores por los que hemos optado del Reino de Cristo son los que verdaderamente nos van a llevar, no sólo a la felicidad terrena y a la paz interior, sino a garantizarnos una vida única y especial que es en Cristo Resucitado.
Vamos a renovar nuestras promesas bautismales. Vamos a decirle al Señor que queremos romper con la historia de pecado, que queremos revestirnos de nuevo para acompañar y seguir a Cristo, y para contagiar al mundo de mismo amor que hemos experimentado en Cristo.
Que la Virgen María, en la advocación de La Merced, que permaneció fiel en la cruz, nos ayude ahora a ser portadores de esa gran noticia: que Cristo ha resucitado ¡Creámoslo, Cristo resucitó!
La celebración continuó con la renovación de las promesas bautismales, de nuestra fe, la bendición del agua y la liturgia de la Eucaristía.
La gran noche de alegría se cerró con un agradecimiento del párroco a la comunidad por responde el llamado a participar con devoción en esta Semana Santa, y con la invitación al salón parroquial a un compartir.
¡Feliz Pascua de Resurrección!